En ocasiones las formas que tiene la vida de enseñarte son paradójicas. Y a menudo no aprendes hasta que has adquirido la madurez necesaria para hacerlo. Como se suele decir, no valoras las cosas hasta que las pierdes. O al menos, hasta que no las tienes tan accesibles. Suena a tópico, pero es tan real como que el sol sale cada mañana. Cuando lo experimentas en carne propia te abre los ojos con una inusitada lucidez. Por un lado te produce tristeza no haber aprovechado mejor las oportunidades que tenías a tu alcance, mientras que por otra constituye un regalo, pues te ayuda a apreciarlas como no lo habías hecho hasta entonces.
Tal y como asevera una frase que leí hace tiempo y se me quedó grabada, lo importante no es dónde estás, sino la dirección en la que te mueves. Al menos, sirve de consuelo y alimenta la esperanza. Todos los pasos que te conducen a ese destino son valiosos y providenciales. Ya lo dijo Machado, se hace camino al andar. Un camino que te acerca a tu objetivo, que merece ser disfrutado en cada tramo.
Hace bastantes años que no escribo en un blog, y hoy emprendo esta nueva andadura. Movida por el deseo de expresarme, de encontrar una vía más para verbalizar mis pensamientos, lanzándolos como un globo sonda a través del ciberespacio. Compartiéndolos como tantas veces he hecho, aunque el mero hecho de escribirlos ya los dota de sentido. Los captura de algún modo, los retiene y "salva del olvido". El olvido que seremos, como sabiamente acuñó el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince.
Es todo por el momento, pero preveo que esta terapia engancha como un buen libro o una película interesante, como cualquier historia digna de ser contada. Porque eso es lo que aspiro a ser, una contadora de historias.
Un rinconcito en el que hablar de libros, anécdotas, cine, cultura, viajes... Compartir pensamientos, experiencias e inquietudes, dar rienda suelta a mi pasión por la escritura
miércoles, 9 de abril de 2025
Iniciando caminos
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Me quedo con la frase más o menos literal de que lo importante no es donde estás, si no hacia donde caminaras. Abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias, Jazz. Me alegro mucho de verte por aquí. Es que es una frase muy reconfortante, ¿verdad? Un abrazo
ResponderEliminarA mí me engancha mucho leerte, querida Patri. Besos.
ResponderEliminarMil gracias, querida Raquelilla. Ya sabes que el enganche es mutuo. Muchos besos
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